lunes, 11 de diciembre de 2017

Carta #4 “La vida es fe”


Carta #4 “La vida es fe”
Publicado: 12/12/2017
Escrito por: @A_leuzenev
Sección: “14 cartas en frecuencia de agradecimiento”


“Así de simple, la mujer es lo más cercano a la perfección. Tanto así, que el universo la envidia” 
Carmelo Di Fazio



Nota: si es lector consecuente de la sección “14 cartas en frecuencia de agradecimiento” puede saltarse el siguiente párrafo, si es un nuevo lector, disfrútelo, lo hemos dejado intacto para Ud.
  
Un martes por la mañana Jaim se preparaba para iniciar su día, apurada comenzó a atropellar su rutina, iba tarde a su encuentro con los conocimientos, de pronto su teléfono que nunca suena, le avisó que tenía una llamada entrante. Era su editor, ella no quería contestarle, sabía que la llamaba para pedirle un escrito que no tenía listo. Deslizó su dedo por la pantalla y con tono desdeñoso lo saludó, él le dijo que sabía que no tenía listo el próximo artículo, ambos intercambiaron risas como dos buenos cómplices. Él le dijo: - Esta llamada no es para que hables, esta llamada es para que escuches, cuando te propuse regalarte un blog llamado “Viviendo un país” bajo la dirección de “La vida y sus vainas” quería que hicieras lo que mejor sabes hacer, escribir sobre lo que vives, sobre lo que significa vivir un país como Venezuela, te lo regalé para que nos contaras lo que ves, lo que hueles, lo que sufres, lo que logras, pero, sobre todo, para que nos contaras cómo es que los venezolanos superan la adversidad. Sé que estás viviendo un país que a veces te dibuja sonrisas y en el mismo día te las quita. Pero también sé quién eres, así que prepara la tinta, viértela en el tintero, aquí te traigo una tarea que me ayudo a salir de la depresión que viví cuando también era un joven lleno de sueños pero sin dinero… nunca lo compartí con nadie, ahora siento que ha llegado el momento. Escribe 14 cartas en frecuencia de agradecimiento, dedícaselas a todas esas personas que te han construido como ser humano, que te han inspirado a seguir tras tus sueños. Es hora de agradecerles a todos esos seres que te han enseñado, reconstruidomotivadosalvado hecho feliz  en ese maravilloso viaje que ha sido tu vida. Son 14 cartas porque las vas a escribir con el corazón de una niña de 14 años,  esa que ya va dejando de ser niña pero que todavía no termina de ser adulta… nos vemos en el próximo párrafo de nuestra historia, te quiero mucho mi querida Jaim…

Carta numero 4
Es viernes primero de diciembre del 2017,  las calles de Venezuela con un dólar que ya supera la barrera de los 100 mil  bolívares, no huelen a navidad. Los memes que deberían dar risa, están cargados de ironía y de queja social, algunos dicen: “hasta el amigo secreto  se fue del país”, otros expresan preocupación, tal vez masculina: “Que en esta navidad escasee todo menos el bollo” de esta manera el venezolano vive esta distopia de país, aunque supuestamente sería más feliz con el socialismo del siglo XXI. Jaim, que es una aficionada de las fechas familiares aterrizó este primero de diciembre en medio de una pista de melancolía, de pronto comenzó a pensar en todos los que ya no están y en lo difícil que es compartir con los que aún quedan.  Por alguna razón vino a su mente un personaje, un hombre de esos que ella considera tan valioso como un biscocho en una tarde de domingo. Desde hace días lo tenía en sus pensamientos hasta que logró comprender la necesidad que tenia de él.
Aquel sentimiento de melancolía, aromatizado de temor,  ante un año 2018 repleto de complicados pronósticos, le recordó un momento en especial, el día que murió uno de los dos padres que había decidido tener, cuando su viejo dejó de respirar en sus brazos por falta de un niple de oxígeno sintió que la fe había muerto aquel día, sin embargo, la vida se encargaría de mostrarle que la fe es como el cielo, aunque el clima lo haga verse nublado, su azul intenso es una llama que nunca se apaga. Para su cumpleaños había pedido de regalo un libro titulado “El Ángel que no merecía morir” sin saber que esas páginas serían las perfectas compañeras para esos días de luto. Lo leyó en cuarenta y ocho horas tirada en un sofá, esas páginas se le ayudaron a convertir su tristeza en comprensión.
La lectura de ese libro fue una bendición que la preparó para los días venideros. Bajo ese recuerdo nostálgico, volvió de nuevo al primero de diciembre del 2017.  Luego de una respiración profunda sonrió, encendió  su laptop al mismo tiempo que se decía en voz baja  - Gracias Carmelo… La frecuencia de agradecimiento tocaba de nuevo a la puerta de sus dedos. Ahí estaba Jaim, una vez más,  bajándole el volumen a sus preocupaciones para dejar que la música de la gratitud sonara.
Cuando el cursor estuvo listo escribió “La vida es fe” e inició uno de los viajes más apasionantes de sus días. 14 cartas en frecuencia de agradecimiento.

Carta #4 “La vida es fe”
Gracias Carmelo Di Fazio
Hace un par de años estaba en twitter buscando algo interesante para  ver además de Mister Popcorn Celestial, tratando de evadirme de las garras de los politiqueros, cuando leí algo que decía más o menos esto “La mujer no es un ser tan especial, apenas es la mitad de sol, un cachito de luna…” al ver eso tan sublime en twitter, comencé a investigar al personaje, un hombre tan precioso que me inspiró a escribirle un piropo que debo confesar no le diría a cualquiera. Con tan solo 120 caracteres tuve que utilizar artillería pesada, así que le dije: “Menos mal que no estás en Venezuela, porque si no te llevan preso por exceso de belleza, ¡Acaparador!”… él me respondió con su frase típica  - Gracias amiga Bendita-.  Ese “amiga Bendita” fue como una flor que uno guarda en un libro para que el tiempo no la marchite ni le quite su aroma… Luego de aquel encuentro, vi que le obsequiaría a sus seguidores más creativos el libro “Quien inventó la crisis” la promoción de los 5 primeros ya había pasado, sin embargo igual le escribí “Yo te bajo la luna una noche estrellada para que no se note su ausencia, pero regálame esa obra tuya” y ahí me enseñó su primera lección, a veces romper las reglas  es una bendición, -me regalo su libro-.
Me leí “Quien inventó la crisis” y con él aprendí a ver y pensar más allá de lo que uno cree, con esas líneas aprendí a afinar mi pensamiento, gracias por eso Carmelo. Luego ya no supe más de él porque, sin desearlo, la vida me cambio de maestro, ya no se llamaba Carmelo Di Fazio sino Cáncer, entonces comencé a creer que mi sueño de ser escritora ya no se haría realidad. Cosas que uno piensa mientras el escritor del cielo sonríe. Durante aquella batalla comencé a pensar que las ideas de mi libro no podían evaporarse conmigo en caso de que las emociones cancerígenas me ganaran y me dejara besar por la parca, así que lo contacté como si él fuese mi amigo de toda la vida y yo le fuese a dejar un testamento. Él me regaló una video-llamada, fue un domingo… lo recuerdo, lo vi en la pantalla de mi celular como quien puede ver a un ángel, con su sonrisa tímida me preguntó si me había gustado el libro, sin cejas que dejaran ver mi asombro por poder estar hablando con él, le dije que estaba encantada. Gracias por hacerme reír ese día Carmelo.
Ese domingo hablamos de Venezuela y de su Natal Puerto Ordaz, sobre qué lo inspiró a escribir la novela “El Marica”, un método de protesta social, una forma de denunciar tanto el lado perverso de los líderes políticos como el de los moralistas de la sociedad. Un libro hecho con la finalidad de llevar al lector a cuestionar lo que se erige como sagrado  para que forme su propia opinión. Su sencillez y apertura me dieron pie para plantearle mi deseo de legarle las ideas de mi novela, al percibir aquello, Carmelo me dijo: “¡NO! Tú vas a estar bien, recupérate, cuando tengas el libro listo, avísame y hablamos con el editor…” me ofreció su ayuda y me reinyectó con adrenalina de sueños. Creo que ese domingo comprendí que no podía irme así no más. Gracias Carmelo, por pegarme de nuevo mis alas para que siguiera soñando. Dicen que los domingos son los días de Dios, le doy las Gracias a nuestro creador por manifestarse a través de ti ese día.
Después de aquella conversa le perdí la pista, tal vez porque me enfoqué en recuperarme, por fortuna pude sanarme del cáncer producido por los sentimientos de un corazón corrosivo. En mi lista de deseos de cumpleaños pedí de regalo el libro “El Ángel que no merecía morir” y así fue, me lo obsequiaron. Llego a mi vida para acompañarme como él mismo dice en una de sus líneas “Cuando el amor es verdadero, las casualidades se convierten en milagros”  comencé a leerlo un 05/07/2016 y mi padre murió el 15/07/2016 en mis brazos sin oxígeno a causa de la inexistente crisis humanitaria.
Mi amor por la literatura es tan verdadero que fue un milagro estarlo leyendo justo cuando sentí que quedaba sola y creía que no podría con todo lo que se me venía.  Luego del sepelio leí esta frase: “Nada en la vida llega sin esfuerzos; incluso los milagros” aquello me parecía sub-real, estar leyendo de milagros justo en aquel momento.  Aún no lo entendía pero el aprendizaje venía en camino. Gracias por esas líneas Carmelo. Esfuerzo tras esfuerzo, he logrado ser bendecida con muchos milagros, entre ellos estar viva, respirando suavecito y feliz mientras te escribo esto.
Bajo todo aquel clima de frustración social por el que yo estaba pasando, me tropecé con esta lírica: “Los políticos matan por conveniencia, los narcos, por negocio y los comunistas, por cobardía”  la verdad es que luego de leer cada frase, lejos de sentirme impotente, estas líneas me daban más fuerza. Gracias por eso Carmelo. Tengo que agradecerte porque me hiciste comprender que lo del Canal Humanitario nunca se daría,  evidentemente eso sería asumir que la política social de la revolución había fracasado, y sí efectivamente los comunistas matan por cobardía.  Los dos días que  tomé para leer “El Ángel que no merecía morir” me sirvieron para dejar atrás mi falsa fe y así poder restaurar la fe verdadera, no fue fácil, pero gracias a ti pude hacerlo. Con tu libro descubrí que los viejos políticos se niegan a morir aunque estén desprovistos de cualquier soplo de vida, razón por la cual nos van a querer chupar toda la vitalidad que le permitamos.  Me hiciste fuerte en un momento en el que estaba muy débil, ante eso solo puedo darte las ¡Gracias! Carmelo.
Cada vez que la mente le subía la llama a la parrilla de mis creencias con pensamientos aniquiladores de fe, leía en tu libro frases reveladoras como esta: “Así somos los humanos; nuestro mayor enemigo convive en pensamientos o suposiciones que nunca llegan a suceder, aunque poseen la silenciosa facultad de asesinar la fe ¡gracias! porque estas palabras me recargaron de vitalidad. Tú me enseñaste que la fe es un asunto de creer, así la vida misma se nos extravíe en medio de la carretera, la fe es el barniz que resguarda la madera de nuestra alma aun cuando creemos que todo está perdido.
Bendito sea el día en el que decidiste ser escritor porque ese día, sin saberlo, escogiste ser mi maestro, compañero, mosquetero, ángel guardián o como tu personaje el “Zurdo”, un tipazo que está clarito de que le tocó ser parte de un milagro viviente. ¡Gracias por eso! Carmelo.
Por temas de caracteres me tengo que cerrar estas líneas, aunque no quisiera, por mí escribiría un libro entero de todo lo que a tu lado he aprendido. Sin embargo voy a despedirme  con el más valioso de los aprendizajes que junto a ti adquirí.
La virginidad en política es el octavo pecado capital y el más peligroso de todos.  Recuerdo que discutimos no muy amablemente por twitter un día de esos en los que me negaba a aceptar la verdad, dicho en tus palabras: “En comunismo no existe oposición o la aniquilan o la compran”… era tal mi estado de negación que puerilmente me puse a defender a quienes hoy instalan tarimas de dialogo sobre las tumbas de los caídos. Ante mis argumentos recuerdo que solo me dijiste “amiga bendita jamás confíes en nadie, todos son leales hasta que te traicionan”…  ha sido un amargo pero especial placer haberlo aprendido contigo.
¡Gracias mi gran maestro de vida Carmelo Di Fazio!

Aquellas líneas le recordaban a Jaim que estar en  Venezuela exige mucho coraje, pero para seguir viviéndola es indispensable preservar la fe.  Sonrió respirando ese sentimiento de serenidad que surge luego de escribirles a las personas que la han ayudado a ser quien es. En su libreta de notas quedó la siguiente frase sin usar “Dios nos envía los milagros cuando más los necesitamos y cuando menos pensamos merecerlos”… La leyó en voz alta y dijo: ¡Tú sí que te lo mereces Venezuela…! 



Escrito por: @A_leuzenev






































1 comentario:

  1. Esta carta no recuerdo haberla leído ... me estaba perdiendo de valiosas enseñanzas que compartes con tu pluma que siempre invita a continuar leyendo

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