domingo, 30 de junio de 2019

Carta # 8 "Bendita dificultad"



                                                         Carta #8 “Bendita dificultad”

Publicado: 30/06/2019
Escrito por: Karla Charris
Sección: “14 cartas en frecuencia de agradecimiento”

“Fue duro aceptar que yo misma era el imán que atraía los clavos a mi pecho, pero cuando lo acepte, mi vida se convirtió en una bendición sin precedentes”
Karla Charris

 Nota: si es lector consecuente de la sección “14 cartas en frecuencia de agradecimiento” puede saltarse el siguiente párrafo, si es un nuevo lector, disfrútelo, lo hemos dejado intacto para Ud.
  
Un martes por la mañana Jaim se preparaba para iniciar su día, apurada comenzó a atropellar su rutina, iba tarde a su encuentro con los conocimientos, de pronto su teléfono que nunca suena, le avisó que tenía una llamada entrante. Era su editor, ella no quería contestarle, sabía que la llamaba para pedirle un escrito que no tenía listo. Deslizó su dedo por la pantalla y con tono desdeñoso lo saludó, su amigo sabía que no tenía listo el próximo artículo, ambos intercambiaron risas como dos buenos cómplices. Él le dijo: - Esta llamada no es para que hables, esta llamada es para que escuches, cuando te propuse regalarte un blog llamado “Viviendo un país” bajo la dirección de “La vida y sus vainas” quería que hicieras lo que mejor sabes hacer, escribir sobre lo que vives, sobre lo que significa vivir un país como Venezuela, te lo regalé para que nos contaras lo que ves, lo que hueles, lo que sufres, lo que logras, pero, sobre todo, para que nos contaras cómo es que los venezolanos superan la adversidad. Sé que estás viviendo un país que a veces te dibuja sonrisas y en el mismo día te las quita. Pero también sé quién eres, así que prepara la tinta, vértela en el tintero, aquí te traigo una tarea que me ayudo a salir de la depresión que viví cuando también era un joven lleno de sueños pero sin dinero… nunca lo compartí con nadie, ahora siento que ha llegado el momento. Escribe 14 cartas en frecuencia de agradecimiento, dedícaselas a todas esas personas que te han construido como ser humano, que te han inspirado a seguir tras tus sueños.  Es hora de agradecerles a todos esos seres que te han enseñado, reconstruidomotivadosalvado hecho feliz en ese maravilloso viaje que ha sido tu vida. Son 14 cartas porque las vas a escribir con el corazón de una niña de 14 años,  esa que ya va dejando de ser niña pero que todavía no termina de ser adulta… nos vemos en el próximo párrafo de nuestra historia, te quiero mucho mi querida Jaim…

Carta numero 8

Luego de un humilde desayuno conformado por un crujiente pan con jamón y queso, Jaim nota que su pecho esta rebosante de alegría, algo extraño la embarga. La oportunidad de un nuevo día, la luz calidad del sol, el cantar de los pájaros y el silencio de las preocupaciones se han juntado para permitir agradecerle al universo por su vida. Durante días, la joven escritora ha estado aislada del latido colectivo y el barullo agobiante de las demás almas, confinada a voluntad en una habitación de su nueva casa, ha descubierto el esplendor del silencio y la armoniosa compañía que ella es capaz de darse por cuenta propia. Revisando sus aciertos y desaciertos, pensando seriamente en su vida pasada, reflexiona sobre el daño que causó prestarle atención a la voz interior del “no puedes” “que vas a estar cambiando tú” “no aspires a vivir si lo que puedes es sobrevivir”. Todos estos pensamientos limitantes la hicieron vivir una realidad amarga, un camino que por fortuna no es parte del presente. De aquellos días solo queda un pendiente, una dificultad bendita que no se ha ido aún, porque funciona como recordatorio del poder que tiene un pensamiento limitante. Este es el clima que respira Jaim al prender su laptop para iniciar “14 en frecuencia de agradecimiento”

Benditas dificultades

Te llamas matemáticas y has sido una de las mejores maestras que he tenido en mi vida. Fíjate tú, me han dicho de todo, hay cosas que me he creído y otras que no, hoy hablaré de lo que me creí, no desde el lamento “ay que tonta fui al creer que no podía”; sino desde el aprendizaje que me dejó el vivir con tu sombra, escoltándome durante cuatro años de vida universitaria.
Querida mujer de cálculos exactos, quiero contarte una anécdota que me fascina, porque habla de la diferencia entre la Jaim que cree en sí misma y lo logra sin traumas vs la que aprende desde el dolor por no confiar en sí misma.   Marta se llamaba mi profesora de castellano y un día me dijo: - “hay que ver Jaim, que tú nunca podrás escribir ni hacer nada digno de recordar” lo dijo con asco por mi cuaderno húmedo impregnado de aroma a pobreza, además sentí que lo decía para que sintiera pena por mí, a ver si desde el desprecio yo reaccionaba… Ella no sabía que mi falta de presencia se debía a que en mi casa cada vez que llovía se mojaban hasta los secretos del perro que no teníamos. Con ello aprendí a esquivar balas verbales, tomé su consejo y lo tiré a la basura, aquí estoy escribiendo cosas dignas de recordar y haciendo que cada vuelta al sol que doy, tenga sentido. Hoy le hago  un guiño a la maestra pobreza, escribiendo desde un cómodo cuarto y con respecto a Marta, sigo pensando que hay muchos maestros dispuestos a decir cosas para impulsarte o para intentar frenarte. En tu caso, querida matemática, sé que eres de las primeras, de las que impulsan y transforman vidas. ¡Gracias por eso! Durante días, me he preguntado cómo carajo se enseña sin hablar el mismo idioma o cómo diantres se dan lecciones encriptadas a gente que no sabe leer el lenguaje de los 0 y 1.
  
Me costó aprender su lenguaje binario y entender la razón por la cual estaba ud. en mi vida. Ahora que lo entiendo le confieso Señora matemática, podría montarle un altar pero no lo haré por respeto a mis creencias humanistas. Sí, sí, ya sé, que ud me va a decir en su lenguaje; que más humanista que la matemática nadie, me lo ha demostrado con sus fórmulas y con sus drásticas lecciones. Sin embargo, ahora quiero darle las gracias por quedarse en mi historia para servirme de espejo. No quiero seguir hablándote de ud, porque ya no eres lejana para mí. 

Lo primero que quiero decirte es ¡GRACIAS INFINITAS! por instalarte en mi vida para mostrarme el reflejo de una "yo" que necesitaba verse, gracias a ti, pude ver en mí lo que necesitaba para lograr fortalecer mi carácter y  desarrollar firmeza.
Gracias por hacerme saber que quien hace trampas e intenta engañar y mentir, solo se va dañando a sí mismo. Durante todo el bachillerato jugué a engañar al sistema, finalmente me dañe mí, aprobando sin saber nada de ti. Así, llegué a la universidad, desconociendo cómo se multiplica o se habla en tu lenguaje simple. Luché cuanto pude, por sacarte de mi vida para que no arruinaras mi sueño universitario, mientras tanto tú, humildemente con solo existir, estabas ahí para enseñarme más que operaciones matemáticas, lecciones de vida. 

Yo hacía lo mío, intentar reírme de ti; traté de soportar tu lenguaje 4 veces y 3 de ellas simplemente te volvías una bendita dificultad. Gracias por enseñarme a lidiar con el fracaso durante las tres veces que intenté ganar sin ganas de hacerlo. Hoy te doy "Gracias"; sí, gracias por quedarte en mi vida, para demostrarme que era yo quien no quería ceder, que era yo quien se auto limitaba y negaba a tomar de ti, ese mundo de probabilidades maravillosas que tenías para mí. Te quedaste jodidamente en mi vida, como si fueses un capricho del destino para obligarme a ver lo que no quería; pero créeme, cada día de mi vida, te doy las gracias por ser tan guapa y esbelta, toda una dama numérica.

Aún me recuerdo resistiéndome a ti, como el niño que no quiere comer la sopa de vegetales aunque sea por su bien. De modo que fui yo quien eligió aprender desde el dolor, me tocó aprender a esforzarme y no darme por vencida, gracias por quedarte y enseñarme que nada puede apartarme de mis sueños. Contigo descubrí el olor del miedo y el escalofrió que se siente cuando te quedas solo. Recuerdo como mi ánimo comenzó a marchitarse cuando mis amigos comenzaban a redactar sus tesis mientras yo te sentía como un grillete, mi familia se iba del país, todos se iban a vivir sus vidas, por mi parte la soledad me abrazaba un semestre más solo para aprender cómo se supera una bendita dificultad. Y la verdad, es que, hoy agradezco ese semestre adicional, me enseñó a ir a mi ritmo y no compararme con nadie, yo saqué la tesis antes de los que pasaron matemáticas primero yo, unos se fueron del país sin tesis ni aprobar matemáticas, para otros su maestra fue la tesis y no matemáticas, en fin, aprendí que cada quien tiene su maestro.
Gracias por llegar y gracias por irte enseñándome que aunque pude haberme graduado con honores, esa realidad solo se quedó en posibilidad por dejarte hasta el final. Eso habla de mis miedos, no de tu dificultad. Debo reconocer que si nunca te hubieses presentado en mi vida como una dificultad, jamás habría aceptado que anestesiaba mis problemas con alcohol y me habría quedado sin saber cuan fuerte soy.

Recuerdo que cuando todos se fueron y solo quedamos tú y yo, esa soledad me ayudo a admitir que eran mis pensamientos limitantes los que me hacían creer que era incapaz de aprender hablar tu lenguaje. Todos podían menos yo, el problema eras tú por estar en mi vida, no mío, por no querer practicar como mínimo las tablas de multiplicar.  Así fue como aprendí, que uno con sus pensamientos crea la realidad que vive. Como dicen los que saben “tanto si crees que puedes como que no, en ambos casos estas en lo cierto”.

¡Gracias! ¡Muchas gracias! por ayudarme a aceptar que las dificultades son tan benditas, que pueden transformar el pensamiento de una persona. El que te quedaras en mi vida, me ayudó a dejar de pensar que con drogas o alcohol se van los problemas, quizás con esa actitud agravé mi situación, pero me enseñaste coraje y firmeza. Gracias, por hacerme ver que lo que no sucede en mi vida es por mi propia negativa. Gracias por hacerme llorar y hacerme rezar, gracias por hacerme tomar la decisión correcta. Recuerdo la tarde donde tuve que decidir entre ir a clases de matemáticas o ir a terapia para dejar anestesiar mis problemas con alcohol. Fue duro enfrentarme a esa disyuntiva, sentí mucho miedo y dualidad, creía que si hacía lo uno no podía hacer lo otro. Sin embargo, aunque yo estaba en terapia tu nunca te apartaste de mí y me permitiste conocerte. De ningún modo dejaste de esculpirme y a pesar de que fui a pocas clases, cuando llegó el día de demostrar que algo sabía de ti, ya el aprendizaje real se había dado.
Que alegría siento por haberte conocido, me hiciste más fuerte, más sabia y más inteligente. Donde quiera que yo te vea, que estoy segura, será hasta en lo más cotidiano. Siempre estaré agradecida con la ciencia de cálculos exactos que me hizo sacar lo mejor de mi. ¡Bendita sea la dificultad! 

NOTA DE LA AUTORA: Querido lector, maestros hay muchos y buenos alumnos también, sea cual sea la dificultad por la que hoy estés pasando o hayas pasado; agradece porque esa presión es la que te hizo o hará de ti un hermoso diamante.


Twitter  @rilumaka        Instagram  Kcharris22

6 comentarios:

  1. Una oda matemática para la mas pura de las ciencias... Nada te hace mas fuerte que la pureza lógica

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    1. Una oda especial a la vida con su lógica. Te quiero amiga bella

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  2. Gracias... Me hiciste sonreír y me hiciste reflexionar...

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    1. Gracias por leerlo, ahora reflexiona y goza de la vida. Compártelo con alguien especial para ti.

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  3. Gracias, gracias, gracias infinitas gracias por recordarme que afrontar las dificultades y crecer frente a ellas lo podemos hacer si creemos en nosotras mismas. Como te he dicho siempre, leerte es un placer y sería muy egoísta de tu parte privar a otros de tu exquisita pluma que cada día vas puliendo. Bravo, bravo, bravo!
    Gracias bella.

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