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domingo, 15 de diciembre de 2019

La República del Amor

 


Carta #12 “La Republica del Amor”  

Publicado: 15/12/2019

Sección: “14 cartas en frecuencia de agradecimiento”

“Con mi cabeza llena de dudas, pero me fui, y aquí estoy creyendo en mi”

                                           Neymar Perdomo 

 Nota: si es lector consecuente de la sección “14 cartas en frecuencia de agradecimiento” puede saltarse el siguiente párrafo, si es un nuevo lector, disfrútelo, lo hemos dejado intacto para Ud.

Un martes por la mañana Jaim se preparaba para iniciar su día, apurada comenzó a atropellar su rutina, iba tarde a su encuentro con los conocimientos, de pronto su teléfono que nunca suena, le avisó que tenía una llamada entrante. Era su editor, ella no quería contestarle, sabía que la llamaba para pedirle un escrito que no tenía listo. Deslizó su dedo por la pantalla y con tono desdeñoso lo saludó, su amigo sabía que no tenía listo el próximo artículo, ambos intercambiaron risas como dos buenos cómplices. Él le dijo: - Esta llamada no es para que hables, esta llamada es para que escuches, cuando te propuse regalarte un blog llamado “Viviendo un país” bajo la dirección de “La vida y sus vainas” quería que hicieras lo que mejor sabes hacer, escribir sobre lo que vives, sobre lo que significa vivir un país como Venezuela, te lo regalé para que nos contaras lo que ves, lo que hueles, lo que sufres, lo que logras, pero, sobre todo, para que nos contaras cómo es que los venezolanos superan la adversidad. Sé que estás viviendo un país que a veces te dibuja sonrisas y en el mismo día te las quita. Pero también sé quién eres, así que prepara la tinta, viértela en el tintero, aquí te traigo una tarea que me ayudo a salir de la depresión que viví cuando también era un joven lleno de sueños pero sin dinero… nunca lo compartí con nadie, ahora siento que ha llegado el momento. Escribe 14 cartas en frecuencia de agradecimiento, dedícaselas a todas esas personas que te han construido como ser humano, que te han inspirado a seguir tras tus sueños.  Es hora de agradecerles a todos esos seres que te han enseñado, reconstruido, motivado, salvado y hecho feliz en ese maravilloso viaje que ha sido tu vida. Son 14 cartas porque las vas a escribir con el corazón de una niña de 14 años,  esa que ya va dejando de ser niña pero que todavía no termina de ser adulta… nos vemos en el próximo párrafo de nuestra historia, te quiero mucho mi querida Jaim…

Carta numero 12

Luego de sortear varios avatares del destino durante dos meses y mantenerse incólume, Jaim finalmente cae abatida en una cama prestada, nada puede consolarla porque se siente herida en sus alas, esas que se soldó en acero a las afueras de la cárcel política del sebin tras pasar 21 días detenida viendo cadenas de Hugo Chavez… nunca quiso hablar de aquel evento, durante años había mantenido en silencio lo que ahí ocurrió, ahora un sentimiento de impotencia similar al de aquel día le recordaba que todo pasa. 

Se encuentra en la republica de sus padres, la tierra de Nariño, sueño y anhelo del libertador, mucho ha sido lo que ha visto y vivido a veces con dolor, aunque vive rodeada de amor. Sus sentimientos están revueltos como un volcán en erupción e intentando canalizarlos, enciende su computador, busca entretenimiento, pero al fallarle el discernimiento se encontró con una antigua tarea Steven Spielberg y su “Lista de Schindler” sin poder posponerlo más, vio la película con mucho detalle, hurgando en su adentro, encontró que ella quería hallar amor para no darle alimento a sus demonios. La película cumplió con el objetivo, hacer que el amor brillara por encima de cualquier frustración interna. Bajo ese clima de amor intenso se dispuso a escribir en frecuencia de agradecimiento. 


     Carta 12 “La Republica del Amor”

Esta será la única carta de todas las que escribiré hasta que abandone este plano de frecuencia de vida, que será publicada sin edición, será entregada a ustedes a flor de piel, no tiene un propósito objetivo ni mayores pretensiones como las anteriores o las futuras, esta será la carta número 12, redactada con un sentimiento inefable, y que Dios nos ilumine el camino.  

Como mi narrador intentó explicar, me encuentro en un estado emocional diverso. Ahora bien, solo deseo permitir que sea el amor lo que salga de mí, me encuentro lejos de mi Republica del Amor, la que he construido fuera de mi país natal con mi bella esposa y mi perro, no sabía que estar lejos de mi isla me haría sentir tan desnuda, arropada por la nada. 

Hoy quiero hablar de un oxímoron, figura retórica que permite mezclar dos ideas tácitamente opuestas, por ejemplo: segundo eterno o noche bañada de sol, así como no existe un segundo eterno ni una noche bañada por el brillante sol, tampoco se puede concebir que el amor guíe una república. Según el pensamiento ortodoxo para que una república funcione se requiere aplicar lo que al amor le hace daño, orden, estructura y límites. 

Esto lo hago como una provocación a la lógica de los leguleyos y los necios que insisten en dividirnos con fronteras y sentimientos que deben ser archivados en una carpeta marrón sin que nadie los vea.  Por eso aquí les dejo mi oxímoron la Republica del Amor. 

Estoy segura que esta república nació hace muchos años en mi corazón y antes que yo, ya otros la han sentido, convencida estoy que son innumerables las personas las que se han beneficiado de ella a lo largo de la historia. En lo que a mí respecta, sé que fue a los 10 años cuando supe de su existencia, los niños podremos ser distraídos (me incluyo porque siempre seré una niña) pero si algo tenemos, es que una vez algo nos marca, no hay forma de olvidarlo. Hoy no vengo a hablar de traumas, por el contrario, solo quiero hablar de sentimientos positivos. 

Cuando un policía detiene al papá de uno, no importa qué edad tengas, este es un evento que siempre vas a recordar. Era el año 2000, yo tenia 10 años. Mi papá y yo regresábamos a casa, cuando un policía nos detuvo, pegó la cara de mi padre contra la pared, tras requisarlo notó que no era venezolano, lo reviso aún más y al ver que no llevaba nada ilegal le dijo:¿ qué eres tú? seguro un ladrón, un guerrillero o vendedor de droga,  por eso son los colombianos… mi padre lo miró e intento acercarse a mí, para calmar mis nervios, el policía le pegó sin él hacer nada ilegal, solo porque era colombiano y aunque no cumplía con los requisitos de sus prejuicios la hostilidad seguía. Mi papá le indico que su profesión era ser zapatero, con lo que consiguió enfurecer más al agente, por lo que le dijo: ¿y esto es lo mejor que tiene Colombia? Con desdén y un par de petacazos más lo echó de la requisa. Mientras nos marchábamos mi papá le contestó: “Yo no soy lo mejor, ella sí lo es” él me señalaba a mí al mismo tiempo que huíamos de la escena. 

Soy hija de padres colombianos y al ser criada por ellos aprendí valores como la tolerancia y el respeto a pesar de ser estigmatizados por la Venezuela que no tenía ni sospechas de su actual destino. Mi mamá cuando iba a limpiar en las casas o en las fábricas, era revisada el doble, por ser colombiana y como claro los colombianos son ladrones, era aceptable la doble requisa. Años más tarde la turbulencia del colombiano pasó y lograron demostrar que no solo no eran ladrones, sino que la mano de obra albañil es muy buena, fueron esas manos en su mayoría las creadoras del barrio Petare (Caracas, Venezuela).  A las cocineras colombianas se les reconoció su sazón particular y el cuero colombiano logró posicionarse como uno de los mejores para hacer zapatos, entonces parece que sí, el tiempo demostraría aquel zapatero que huía de la policía sí era lo mejor que tenía Colombia. Esa es la maña de la vida, dar vueltas y girar mientras uno olvida que un día se está abajo y otro arriba; lo único permanente es el cambio. 

Cuando las situaciones se van dando, no tenemos idea del propósito, del porqué están sucediendo, lo que sí es seguro, es que pasan por algo y ese algo, esencialmente tiene el propósito de enseñar. Luego de 50 años de guerra interna, el conflicto armado que desplazó a cientos de colombianos, acabó y este país ahora vive en paz. Porque así es la vida, nada está sujeto al para siempre. La cosa es esa, que la circunstancia es la maestra mala de grandes lecciones. Hoy estamos del lado del que es etiquetado con la estrella judía, el paria, los ladrones, narcos y violadores, lo peor del continente nace y sale de Venezuela, así han decidido juzgarnos. Hoy ante los ojos de algunos somos los colombianos de los cuales se duda si somos lo mejor del país.  Es momento de darle las gracias a esta circunstancia y aprender a ser más grandes y luminosos que el estigma que habla antes que nosotros abramos la boca. 

Le doy las gracias a la maestra circunstancia que obligó a mis padres a asentarse en Venezuela, estoy convencida que tuve la gran oportunidad de ser venezolana, agradezco a ese policía venezolano que creyendo que nos lastimaba, nos dio fuerza para seguir adelante, dignos, regios y victoriosos. Le doy las gracias al colombiano que ignora mis bueno días, lo bendigo y espero que cuando salgamos de esto, sepa que nuestras arepas, nuestros parques, estabilidad y buena economía (por la volveremos a tener)  también estarán disponibles para ustedes.  Les doy las gracias a los funcionarios públicos colombianos por intentar hacerme desistir de ser colombo venezolana, descuiden que también sabré compartir mi luz con ustedes y oraré porque nunca más pierdan el derecho a tener un país. 

La lista de Schindler 

Oskar Schindler tenía una preocupación muy humana, el legado de su apellido, que la historia dijera: “Schindler hizo algo grande” guiado por su pasión empresarial la vida de 1940/1945 lo llevó a amasar una gran fortuna, la misma que serviría para salvar del terror a unos 1200 parias del momento (los judíos)… nadie creería que un empresario puede amar más la vida que su propio dinero, pero sí. Gracias Oskar por enseñarnos que no hay estigma que pueda corroer el corazón humano. Tu lista es la maestra de una circunstancia, gracias Oskar por ser Oskar en todo momento y legarnos la idea de que todos somos esenciales, gracias Oskar por construir en tus fábricas la Republica del Amor, refugio de inocentes pero sobre todo, ¡seres humanos!, refugio del horror y holocausto nazi. Gracias por salvarlos porque salvándolos a ellos, te salvaste a ti mismo. 

Gracias Itzhak Stern (contador judío mano derecha de Schindler) por no entregarte y meter en esa lista a todo aquel que podías, niños, viejos, lisiados. Gracias a ti, León Leyson el niño más joven de la lista, sobrevivió para contarnos más que el horror, una historia de esperanza. ¿Cuantos venezolanos correrán con la suerte de León Leyson? Solo depende de los muchos Itzhak Stern que habiten la tierra en este momento. Gracias Amon Göth (oficial austriaco de lealtad Nazi) por aceptar que te compraran las almas de los que más adelante serían libres. Oscar Wilde decía: “Todos matan lo que aman: unos los hacen con una mirada amarga, otros con un palabra halagadora, el cobarde, con un beso; el valiente, con una espada.” Definitivamente gracias Amon Göth, porque sin querer, a los que no pudiste matar, los salvaste al venderlos a la lista de Schindler. A veces hay que darle las gracias al que por su miedo a salvarse te dice que no eres bienvenido en su escondite, te obligó a salvarte de verdad.  A muchos les ha pasado lo que le ocurrió a los del gueto en la masacre de 1943, intentando salvarse, empujaron a otros a vivir mientras ellos se atrincheraban en su escondite y morían. Así que hay que darle las gracias hasta lo que no quieren compartir su guarida con nosotros. 

REFLEXIONES FINALES

La República del Amor es un lugar que no está afuera de nosotros, el maestro de esta república fue Jesús, quien le enseñó a sus discípulos en la cena final uno de sus últimos mandamientos, para mí que soy una turista espiritual, el más poderoso de todos. Juan 13:34-35 “Os doy un mandamiento nuevo: amaos unos a otros; como yo os he amado, así también amaos los unos a los otros. Vuestro amor mutuo será el distintivo por el que todo el mundo os reconocerá como discípulos míos”. Claramente nos dijo que sería el amor lo que nos distinguiría, este es un viaje necesario de hacer a lo interno para poder replicarlo a lo externo. No es al revés, a los venezolanos no se nos querrá afuera mientras no aprendamos a amarnos y respetarnos desde adentro.  Dedico esta carta número 12 especialmente a Reymar Perdono, la autora de “Me fui” no me importa para quien cantaste, eso no define quien eres ni lo especial y prodigiosa que es tu voz y condición humana, más bien gracias, por cantar lo que muchos les ha tocado vivir afuera. Te abrazo y te quiero, por quien eres, por tu canto y tu trabajo que tiene el mismo objetivo de todos los que amamos a Venezuela, que mi escritor del cielo (Dios) te siga escribiendo los mejores párrafos de esta historia. Prepárate la canción de vuelta a casa que pronto celebraremos, cuando realmente estemos preparados para cantar todos unidos ¡Gracias Reymar! 

Yo no soy muy religiosa, pero quiero que sea el amor mi distintivo, estoy preparada para que esa fuerza atómica que es el amor, estalle todos mis átomos y me los vuelva a poner en orden. Gracias le doy al escritor del cielo (Dios) por darme un papá y una mamá colombiana y hacerme a colombo venezolana. Finalmente entiendo por qué mi padre le gritó a ese policía que lo mejor de Colombia no era él, sino yo.  Hoy abrazo a mi segundo país, aunque las instituciones se empeñen el negarnos la unión. Es momento de ser reales, es momento de hacer crecer ese espacio virtual donde hay lugar para que todos podamos vivir, LA REPUBLICA DEL AMOR, la de Schindler, la de Mandela, la de Martin Luther King, la de Jesus. Esa donde podemos abrazarnos sin importar lo que no somos.  

Si la luz nos puso a oscuras, fue para entender que debemos abrazarnos adentro porque quien se ama, no tiene capacidad de odiarse u odiar al otro. ¡Venezuela! esto no es a medias, fuiste y eres punta de lanza, eres libertad, luz y esperanza, deja que el amor vibre en tu pecho. Y sí Reymar, nos fuimos pero volveremos. Ojala y no se nos olvide lo vivido para que no se lo hagamos a nadie.   ¡Que viva la Republica del Amor! 

Escrito por: Karla Charris, venezolana, colombiana, Sociologa e hija de inmigrantes. 

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